por Diego Vecino
¿Dónde está aquello que confusamente llamamos "lo popular"? ¿Qué es, desde dónde se define? Estos interrogantes fueron desde siempre preguntas tan relevantes como esquivas para las ciencias sociales en Latinoamérica. En efecto, en nuestras inestables sociedades han proliferado en los últimos tiempos una serie de heterodoxas y complejas manifestaciones de lo popular. Fútbol, cumbia, rock, televisión, cine; estos son los objetos de estudio de Resistencias y mediaciones. Estudios sobre cultura popular, compilado por Pablo Alabarces y María Graciela Rodríguez. Las mayores virtudes del libro son la diversidad y su preocupación por intervenir en los debates actuales sobre el tema. Alabarces y Rodríguez presentan una serie de artículos de investigación de campo sobre una variadísima constelación de expresiones de lo popular: rock, barrabravas, cumbia villera y nuevo cine argentino, entre otros. Una serie diversa de fenómenos que, abordados con creatividad intelectual, establecen un mapa significativo –aunque no exhaustivo– del estado de desarrollo actual de los estudios culturales. A la par, el libro busca incorporar al análisis de las formas en que se narra lo popular, la pregunta por la dominación y las relaciones de poder, con lo cual su preocupación está en observar las formas dinámicas en que la cultura popular se ha construido en las últimas décadas –sobre todo en los 90– como expresión de los sectores subalternos, en relación con lo "no popular", como diálogo, negociación o resistencia con el “poder”. Una mirada para nada inocente cuya voluntad de intervención sobre lo público merece destacarse.
El libro tiene algunas limitaciones. Su gran virtud, sin embargo, es no eludir la responsabilidad de reconocerlas. Los últimos dos ensayos están dedicados a discutir las dificultades ideológicas y epistemológicas de los trabajos compilados. La sensación de no haber logrado captar plenamente la especificidad de ciertos fenómenos es, salvo excepciones, una constante: acaso cierta cadencia en la rígida retórica académica parece constreñir las manifestaciones de la cultura popular y reducirlas a su conceptualización. Un problema epistemológico que revela la dificultad de acercarse a un objeto con el cual no sólo media distancia, sino aún más una relación de asimetría y violencia. A la vez, la impugnación reiterada del populismo como categoría trunca termina siendo inocente y no permite observar de qué manera se aglutinan las diversas expresiones narrativas de un ethos popular plebeyo que sin embargo sigue articulado de forma dinámica con estratos de la política. En este sentido, el libro traza un camino importante. Sin epifanías.
Publicado en la sección Culturas del diario Crítica el 07/03/09